Muna, alias “La Loca” es nuestra perrita Boxer, vive en una casa con dos adultos y dos niños. Llegó a nosotros con 53 días y fue súper deseada por todos.

Ella es mimosa, juguetona, inquieta, intensa y por sobre todas las cosas, ansiosa.

Comenzamos a trabajar con Abril cuando Muna tenía 8 meses. La idea en principio era trabajar obediencia básica, y entre otras cosas, algunos problemas que estabamos teniendo de convivencia con ella en casa por su gran nivel de energía, el cual canalizaba en ladridos constantes, mordidas para querer jugar y el robo permamente de objetos como ropa o juguetes de los chicos, los cuales se llevaba y rompía. Básicamente no había un objeto en la casa que esté a su alcance que no haya sufrido sus mordidas. 

Los paseos en la calle eran otro gran problema, su alto nivel de ansiedad no la dejaban disfrutarlos, el sólo hecho de tomar la correa para salir a la calle era motivo de llanto y ladridos completamente descontrolados.

A pesar de llevar un pretal anti-tiro era muy difícil manejarla en la calle, tiraba mucho de la correa, ladraba y por supuesto que los encuentros con otros perros en ese estado eran muy malos.

En ese momento nos estabamos plantenado si nuestra casa era el lugar más adecuado para Muna, o de lo contrario, tendríamos que pensar en una adopción ya que estabamos muy agotados de la situación.

Al inicio del entrenamiento comenzamos con los ejercicios del sentado y quieto, algo que para muchos otros perritos puede ser sencillo, pero para Muna implicaban un enorme esfuerzo, dado que su nivel de atención era muy cortito, con lo cual los momentos para practicarlos eran muy acotados.

Si bien, empezamos a notar mejorías en su comportamiento, también comenzamos a observar que su nivel de ansiedad interfería de manera constante en la posibilidad de seguir progresando con el entrenamiento, con lo cual, y con asesoramiento de Abril, decidimos realizar una consulta con una etóloga.

Gradualmente, acompañados por las dos profesionales y con un motón de intervenciones y estragias, comenzamos a ver mejorías en Muna. Inicialmente en casa, bajando sus niveles de ladrido, y observando como gradualmente, algunas conductas comanzaban a extinguirse, apareciendo mayores momentos de tranquilidad y convivencia armónica con Muna. Todos comenzamos a disfrutarla mucho más.

Lentamente, empezamos a mejorar los paseos, en donde se hizo un trabajo sobre el foco, y el contacto visual de Muna con quien la paseaba, ya que no había practicamente registro de quién que la llevaba. 

Todo este proceso fue muy largo, y requiró de mucha, muchísima paciencia y compromiso de nuestra parte. Tuvo sus progresos y sus altibajos, y si bien notamos un enorme cambio después de muchos meses de trabajo, aún queda mucho por hacer, pero sabemos que contamos con las herramientas necesarias para poder acompañarla a Muni y aceptarla tal cual es, con sus cosas lindas y con sus locuras que sabemos que no puede controlar, pero que con nuestra ayuda, puede de a poco ir mejorando. 

El tipo de adiestramiento que ofrece Abril es a nuestro modo de ver amigable y no violento con el perro, eso era lo que estabamos buscando. Sabemos que los bóxer son perros muy potentes y enérgicos, y que es muy fácil caer en metodos de adiestramiento en donde el maltrato y desinterés sobre lo que realmente motiva la conducta del perro es muy común. 

Ahora podemos decir que Muni ya no es por sobre todas las cosas ansiosa, sino que podemos decir que es mimosa y una perrita súper amigable con todas las personas, y definitivamente, gracias a todo este proceso la idea de una adopción quedó completamente descartada y logramos un equilibrio familiar y de convivencia con ella.